El algodón no engaña: el monopolio de Nike en la Superliga china más en cuestión que nunca
En la televisión española de la década de los ochenta y noventa, uno de los anuncios más célebres era el del limpiador Tenn. En el mismo, tras pasearse por toda la casa con un algodón en la mano para comprobar la eficacia del trabajo de los trabajadores de la limpieza, el mayordomo protagonista exclamaba que "el algodón no engaña". Ese es ahora mismo el sentimiento de una gran parte sociedad china respecto a la firma estadounidense Nike, quien junto a otras multinacionales de la moda como H&M, Adidas o New Balance, han levantado la ira local por su negativa a utilizar en sus productos algodón de la región de Xinjiang.
Una decisión basada en el informe del centro de estudios australiano Aspi Institute, quien denuncia que para cosecharlo se emplea mano de obra forzada de centenares de miles de uigures y otras minorías. Algo que Pekín niega categóricamente y revela que la realidad de la cosecha del algodón en la región es automatizada. Un conflicto que toca de lleno al mundo del fútbol, ya que Nike es el suministrador en exclusiva de las equipaciones de todos los clubes de la Superliga china.
Todo el ruido sobre el algodón de Xinjiang nació este pasado miércoles, después de que una cuenta en las redes sociales de la Liga de las Juventudes Comunistas rescatara un comunicado de H&M notificando la suspensión del uso de algodón de Xinjiang por el supuesto uso de trabajo forzoso en el sector. Y un texto que acompañaba a la noticia: "¿Quieres ganar dinero en China al tiempo que difundes rumores para boicotear el algodón de Xinjiang? Ya te gustaría!".
Desde entonces, se produjo una rápida reacción en cadena que ha acabado llamando también a las puertas del fútbol chino, debido al monopolio de Nike en el mismo en la máxima categoría de su fútbol y la selección nacional. Unos acuerdos que ahora se ponen en tela de juicio por la posición de la firma de Oregon respecto al algodón de la región del noroeste de China.
¿POR QUÉ NIKE Y NO LI NING?
Pese a que pueda ser llamativo por la presencia de gigantes locales en el sector como Anta o Li Ning, es Nike quien lleva la voz cantante en el fútbol chino. La primera piedra de Nike en el mismo fue en 2009, cuando firmó un contrato de patrocinio con la Federación China de Fútbol por diez años a cambio de una cifra rondando los 180 millones de euros.
A raíz del mismo, ya en 2011 todas las camisetas de los dieciséis equipos de la Superliga china venían con el sello de la firma estadounidense. Tras tener el monopolio a nivel de clubes, cuatro años más tarde cerró el círculo desembolsando 130 millones de euros para convertirse en patrocinador de la selección. A falta de un año para expirar el acuerdo original, en 2018 Nike y la Superliga china ampliaron su vinculación por una de década más hasta 2029, doblando las cantidades establecidas una década antes.
Un acuerdo inicialmente valorado positivamente pero que más recientemente ha encontrado mucha oposición. No sólo por su condición monopolística, y el hecho de no abrir el grifo individualmente a nuevas firmas en los clubes de la Superliga china. También por una cuestión estética. Y es que a los diseños que Nike ha introducido en lo últimos años en la competición se les achaca una gran falta de originalidad y estar cortados por un mismo patrón. O lo que es lo mismo, una acusación indirecta de no preocuparse lo suficiente creativamente de las equipaciones de los clubes.
Esta situación que llevó al Beijing Guoan, el club que más aboga por que cada club tenga libertad de elección en cuanto a la firma que le vista, por boicotear los productos Nike de la entidad debido a su desencanto con las equipaciones que la firma le había diseñado.
Una vez viralizada la postura de Nike sobre su negativa a adquirir algodón de Xinjiang, pese a ser el patrocinador de su ropa deportiva, algunos clubes de la Superliga china no han tardado en mostrar su malestar. Prueba de ello, una gran mayoría de los equipos ya se han posicionado, y en las fotos oficiales que distribuyen en sus cuentas oficiales han eliminado todo rastro del famoso logotipo de la firma estadounidense, conocido como Swoosh. El ejemplo que mejor puede ilustrar ello lo constituye Oscar, quien sigue ostentado el título de ser el fichaje más caro de la historia de la competición.
En las imágenes que el Shanghai Port hizo públicas de la sesión en la base del equipo en Century Park en el día posterior al estallido del conflicto, el brasileño aparece en su ropa de entrenamiento sin ningún rastro del ala de la diosa Niké.
En medio de todo este embrollo, las firmas locales ya han hecho también sonar su voz. La primera de ellas y la más explícita fue Kelme. En un comunicado público, se ha adelantado a sus competidoras en la posible puja que se viene por vestir al fútbol chino, y ha expresado su deseo de contribuir al patrocinio tanto de la Superliga china como del combinado nacional.
Muy activa dentro del mundo del fútbol, la compañía fundada por los hermanos Quiles ya es patrocinadora de la League One y League Two, las dos categorías del fútbol chino que se encuentran un escalón por debajo de la Superliga china. Muchos piensan ya que tanto la Superliga china como la selección no podrían tener mejor portavoz que una firma local plenamente vinculada al fútbol tanto en el extranjero como en sus competiciones locales.
Habrá que ver en los próximos días si esta tormenta escampa para la firma estadounidense, o si su posición de fuerza en el fútbol chino pasa a mejor vida. En ese escenario, compañías como Kelme, podrían elevar su cuota de protagonismo en el fútbol local, ampliando a la Superliga china su patrocinio de las divisiones inferiores.