Maialen Chourraut completa la colección: ¡plata olímpica en Tokio!

Eterna. Leyenda. Siemplemente Maialen Chourraut... La más brava de todas, la trabajadora incansable, la medallista humilde y silenciosa que cada cuatro años -esta vez cinco- da una alegría a los españoles, la que vive abonada al podio olímpico, la que hace que parezca fácil lo que es realmente complicado... Tres medallas en los tres últimos Juegos, una de cada color. En Londres 2012 se colgó el bronce, en Río el oro y hoy, en Tokio, la plata. Completa su colección olímpica. Tres medallas en cuatro Juegos. Una barbaridad.

La leyenda comenzó a forjarse hoy bajo un sol de justicia, pese al tifón 'Nepartak' anunciado y que sólo hizo acto de presencia con una leve lluvia al inicio de la mañana, Chourraut firmó una impecable bajada para colgarse la plata en K1 de eslalon con un tiempo de 106,63.en el complicado canal de piragüismo de Kasai. En cuanto supo que era medalla se bajó la mascarilla, miró a cámara y fue la dedicatoria para Ane, su hija de 8 años que hace cinco la acompañó en Río pero que esta vez no ha podido estar presente por las restricciones de la pandemia. Para ella iban también los besos que lanzó tras la bajada. "Ane sabe el esfuerzo que supone estar aquí, el camino, y ella pone muchísimo de su parte para hacérmelo más fácil. Estoy deseando volver a casa y ver a mi chiquitina", confesaba con una sonrisa que iluminaba su cara.

Como había logrado el séptimo mejor tiempo en semifinales, salió la tercera de la final, que disputan 10. Le tocó seguir por la televisión, a pie de canal, lo que hacían el resto. Ella sonreía pero la procesión iba por dentro. En cuanto aseguró el metal, salieron corriendo hacia ella Xabi Etxaniz, su entrenador y marido, y Pau, el hijo de éste de una relación anterior, también piragüista y uno de los 'abridores' del canal en estos Juegos. Los tres se fundieron en un sentido abrazo antes de lanzarse al canal. Lo celebraron en el agua, el medio en el que Mailen se ha hecho eterna. Acababa de ganar la tercera medalla española en Tokio. El oro fue para la alemana Ricarda Funk (105.50) y el bronce para la australiana Jessica Fox (102.73), la gran favorita a la que se le sigue resistiendo la gloria olímpica.

El peso del oro olímpico

Maialen Chourraut completa la colección: ¡plata olímpica en Tokio!

"He soñado muchas veces con esta medalla y siempre me decía: 'No necesito el oro, ya lo tengo'. No tenía la plata y me hace mucha ilusión, pero estas cosas no se pueden decir muy alto porque es un poquito de egoísmo, hay que repartirlas entre todos. También confesaba que esta vez venía a los Juegos a disfrutar, no obsesionada con la medalla como le pasó en Río, después de un ciclo marcado por los problemas físicos y el cambio de piragua. "El oro olímpico me ha pesado estos años", reconoció con sinceridad.

La que fuera campeona olímpica en Río, que entró en la historia por ser el primer oro olímpico para el piragüismo español en aguas bravas y la primera campeona olímpica española tras haber sido madre, ha llegado a estos Juegos después de superar unos vértigos y fuertes dolores en las costillas la trajeron por la calle de la amargura pero ella es de las que se crecen ante las adversidades y además de sobreponerse a los problemas físicos también se repuso de la merma de confianza derivada de estos.

Durante días, cambió el agua fría y brava del canal por la climatizada de la piscina para superar sus temores. Dentro del kayak, ataviada con gafas de bucear y pinzas para la nariz, Maialen afrontaba sesiones de hora y media en los que volcaba de la piragua y recuperaba la verticalidad para seguir luchando contra sus miedos.

También tuvo que cambiar de kayak, ya que después de los Juegos de Río 2016, la Federación Internacional de Piragüismo limitó el tamaño de esas quillas e invalidó así el kayak que la española llevaba utilizando desde siempre. Encontrar uno nuevo tampoco fue una tarea fácil.

Un ciclo muy duro

Todas estas piedras en el camino son la que la han hecho más fuerte y sacar a la Maialen luchadora, a la que aquel bronce de Londres 2012 le supo a poco, a la que quería ser madre después y ganar un oro olímpico en Río cuando ambas cosas parecían incompatibles y demostró que no lo eran, la que ha tenido que superar problemas de vértigos .

Vuelta a los orígenes

Tras el confinamiento, volvió a San Sebastián para estar cerca de nuevo de su familia "y de nuestros orígenes". Se habían planteado hacerlo después de los Juegos de Tokio, 2020, pero cuando se alargaron un año más, tomaron la decisión.

Regresó al club Atlético de San Sebastián, al Urumea, al río Bidasoa... No entrenaba allí desde que se mudó a la Seu d'Urgell en 2009. Entonces no existía el canal de Pau todavía, a dos horas de su casa, y a donde acude ahora. Chourraut regresará a casa con una medalla más y convertida en leyenda.

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