El lujoso ascenso y los oscuros vínculos de Eike, el “narco de la hamburguesa de oro” que fue deportado a Brasil

Fue un movimiento rápido. El 7 de mayo de 2015, Eike Conrad Dubal, un chico bien de 19 años, llegó junto a su novia a un restaurante en su vehículo. Bajó y saludó a un adolescente de 15 años, quien le entregó 200 reales. Dubal volvió a la camioneta y a cambio regresó con envoltorio que contenía 4,7 gramos de cocaína.

La transa ocurrió en la localidad brasileña de Sao Borja, que limita con Santo Tomé, Corrientes. Hasta aquí, nada fuera de lo común. Lo que Eike no sabía era que la Policía Civil de Brasil tenía intervenido su teléfono y que monitoreaba de cerca ese negocio. Apenas se concretó la venta, lo detuvieron a él y a la muchacha que lo acompañaba.

Se podría decir que ese fue el inicio de la historia criminal de Eike, o EK, como se autodenomina. Por ese hecho, la última semana fue trasladado desde Marcos Paz, la cárcel argentina que aloja a varios de los principales narcos del país como “Marcos” Estrada y “Guille” Cantero, capo de Los Monos, a un presidio de máxima seguridad cercano a Porto Alegre bajo un importante operativo de seguridad.

Lo que se sospecha en la Justicia y en las fuerzas de seguridad es que ya no es un simple dealer, sino un engranaje en el movimiento de la cocaína de Bolivia y Perú a Brasil con sede en Argentina, donde se instaló hace un par de años con un DNI número 95 millones y un domicilio fiscal en Santo Tomé. Por eso fue calificado como un reo de “alta peligrosidad” tanto para autoridades argentinas como brasileñas.

Así, Eike construyó su excéntrico perfil. Lo hizo no solo con las fotos que compartía en sus redes sociales, donde se mostraba en ropa Philipp Plein, su marca predilecta, con remeras que pueden costar cerca de mil dólares, además de artículos Louis Vuitton o Dolce & Gabbana. Incluso, fue deportado en un conjunto PP con zapatillas deportivas de precio alto. También tuvo su jugada como empresario gastronómico con la apertura en Posadas, Misiones, de Vegas Burger, una local que tuvo en su carta una hamburguesa bañadas de oro comestible de 24 kilates “para amantes de lo ostentoso”. Ocasionalmente, se dejaba ver con armas largas en medio de la selva, al lado de avionetas preparadas para la carga.

Pero, por ahora, casi todo son sospechas. Eike fue detenido en el aeropuerto de Posadas el 1° de octubre del año pasado, cuando bajó de un avión que unió Buenos Aires con la capital misionera. Al aterrizar, los esperaban efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Grupo Operativo Conjunto Nordeste Argentino (GOC-NEA) e investigadores de la División Investigaciones Narcotráfico Interior Noreste de AFIP-Aduana. Tenía 200 mil pesos en efectivo y 200 dólares que guardaba en una bandolera Vuitton. Su detención se efectuó para cumplir un pedido por la Justicia brasileña debido a que no cumplió la condena impuesta por el Tribunal de Sao Borja por esa vieja venta de cocaína, una evasión que terminó con una alerta roja de Interpol. Según documentación del caso a la que tuvo acceso Infobae, el 2 de agosto de 2019 no volvió más al centro carcelario donde cumplía un régimen semiabierto.

El lujoso ascenso y los oscuros vínculos de Eike, el “narco de la hamburguesa de oro” que fue deportado a Brasil

El día de su comparecencia ante el Juzgado Federal de Posadas, desde donde se ordenó su detención, dos abogados se presentaron para asesorarlo. Uno aseguró tener órdenes específicas luego de recibir llamadas de Asunción y Rio de Janeiro. El otro llegó acompañado de su actual pareja, una joven posadeña, mandado por su familia en Brasil. Eike se inclinó por el segundo letrado y si bien primero negó someterse a la extradición, luego expresó su consentimiento y permitió que el proceso sea mucho más rápido, dicen fuentes cercanas al proceso.

Estuvo alojado en el Aeropuerto de Puerto Iguazú, donde, dijeron efectivos de PSA, aseguraba que lo iban a rescatar. Fue por eso que lo trasladaron a Buenos Aires, donde esperó su expulsión del país. Interpol Argentina lo entregó el martes a autoridades brasileñas que lo llevaron en avión y helicóptero a su nuevo lugar de alojamiento. Allí, aún le queda por cumplir el 95 por ciento de su pena, más las costas por la fuga, pero ya sin posibilidad de las salidas transitorias. Ese puente ya fue quemado.

Los investigadores argentinos seguían sus pasos desde varios meses antes de atraparlo y mediante el rastreo las redes sociales pudieron recolectar una gran cantidad del mencionado material. La Justicia federal ahora espera las pericias de los dos celulares que le incautaron para saber si hay elementos para abrir una causa en su contra.

Según fuentes ligadas al caso, después de huir de Brasil se instaló en Santo Tomé, donde estudió medicina en una universidad privada y estuvo ligado a la organización de fiestas de disfraces y la venta de drogas sintéticas: se mostraba en redes con pastillas de éxtasis Transformer, con el clásico emblema de los autobots, con un dosaje mediano de MDM Luego llegó a Posadas, donde también organizó eventos pero sobre todo invirtió en la hamburguesería Vegas, en pleno microcentro posadeño y a unos pocos metros de la Unidad Regional I de la Policía de Misiones.

Ese local y su casa fueron allanados el 8 de octubre, pero todas las cámaras ya habían sido extraídas, sólo quedaban cables. Fuentes policiales creen que la Justicia se demoró demasiado.

De todas formas en la carpeta con su nombre se pueden ver imágenes de sus tatuajes característicos, una calavera y los palos de las cartas de póker en la mano, con fajos de dólares, estupefacientes de todo tipo y armas largas. También subió fotos supuestamente en Colombia caracterizado como Pablo Escobar, a quien venera. Hay videos de dos brasileños con armas largas que le dicen “vení a Río Eike, te estamos esperando”, en los que serían las favelas de la capital carioca. Su figura es brumosa: oscila entre los límites de un nene bien jugando a ser narco o un delincuente real. Tal vez sea las dos cosas.

Al respecto, en declaraciones a un noticiero de São Paulo, su padre, João Manoel Almeida Dubal, lo describió como una persona mimada, un mantenido a quien apoyó con la venta de diferentes propiedades en Brasil, por las que le giró montos millonarios -entre 6 y 8 millones de pesos- para que monte sus negocios en Misiones.

“Yo lo mantuve toda su vida, en todo el tiempo que estuvo en Argentina tenía dos departamentos en Capao de Canoa y uno en Porto Alegre. Vendí dos departamentos en Capao da Canoa y hace poco vendí el departamento en Porto Alegre para que él abra su negocio”, expresó el padre.

Una fuente del lado argentino cree tener un elemento que podría ser clave. Se trata de una fotografía que aún no salió a la luz y en la que se muestra con dos pilotos al lado de un avión. En el intercambio de informaciones con las autoridades brasileñas, se determinó que esas dos personas tienen un pedido de captura internacional y están ligadas a la organización PCC, el temible Primeiro Comando da Capital que controla el tráfico de droga en la región.

Estos dos hombres están sospechados de abandonar un cargamento de más de 400 kilogramos de cocaína que fueron incautados en septiembre del 2020 por la Policía Federal en Cacoal, en el estado brasileño de Rondonia. El lugar es una plaza clave, ya que tiene como límites el río Amazonas y Bolivia.

El cargamento estaba en un avión monomotor que sufrió desperfectos mecánicos y aterrizó de forma forzada en un camino de tierra en Cacoal. Una vez que los efectivos policiales llegaron al lugar solo encontraron con polvo blanco y documentaciones. Los pilotos huyeron en el auto de una mujer que paró a asistirlos al ver la aeronave.

De todas formas, todo depende de que esos celulares se abran. Por ahora, Eike es un simple dealer que recorre cárceles de máxima seguridad.

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