Valentino | Vogue
Vestidos ultrafemeninos, creaciones plagadas de detalles, lazos, plumas, organza, plisados y drapeados o volantes son algunas de los adjetivos y sustantivos que acompañan a las creaciones de Valentino, un hombre cuyos diseños estaban inspirados en el cine y en las mujeres de su familia: “La elegancia de mi madre, el valor ritual que ella, mis tías y mis primas daban a los vestidos, a los preparativos para las fiestas y a las bodas, su diversión y su estilo, que aunaba glamour y sentido del decoro, moda y clasicismo, también me marcaron”, aseguraba el italiano del bronceado eterno.
Siendo muy joven se mudó a París para lograr su objetivo de ser costurero y salir de Voghera, su pueblo natal en Italia. Instalado en la Ciudad de la Luz, trabajó en los ateliers de Jean Dessey y Guy Laroche. Poco después regresó a Italia y junto a su socio Giancarlo Giammetti fundó su propia marca: Valentino.
Genio y figura, de Valentino se dice que es tan disciplinado con sus placeres como con su trabajo. Gran amigo de sus amigos, entre sus más allegados destacan entre otros Jackie Kennedy -a la que vistió para su primer viaje oficial tras el asesinato de su marido-, Julia Roberts -que recogió su primer Oscar con una creación suya- Lady Di o la socialite española Rosario Nadal: “Nos conocimos en Mallorca. Cuando mi marido y yo nos trasladamos a vivir a Londres nació entre nosotros una amistad inquebrantable que ha ido desarrollándose y creciendo con los años” cuenta ella.
Buscador infatigable de la belleza femenina, su carrera se desarrolló en una línea recta alejada de la tendencia. Viajaba siempre en avión privado acompañado de sus chefs, mayordomos, amigos y parejas, relaciones públicas y sus cinco carlinos y cada invierno acudía a esquiar a Gstaad, un pueblo suizo de Gifferhorn en el que el diseñador posee un chalet. Su carisma es tal que pude presumir de que existe un color que lleva su nombre, el rojo Valentino. “Siempre me ha encantado el rojo, desde que tengo memoria, pero lo descubrí y se apoderó de mí después de mi primer viaje a España. En aquella época vivía en París y tenía menos de veinte años. Me invitaron al teatro, y allí contemplé a una serie de mujeres españolas elegantísimas, vestidas de rojo. Espléndidas y fieras, muy sensuales y elegantes”, comentaba.
En 2008, coincidiendo con los fastos romanos organizados para celebrar sus 45 años en el mundo de la moda, Valentino anuncia su retirada. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, responsables de accesorios durante los últimos diez años, fueron los encargados de tomar las riendas de la dirección creativa. En 2012, una sociedad ubicada en Catar llegaba a un acuerdo para hacerse con el control total de la compañía manteniendo, eso sí, el carácter ultra femenino de sus creaciones.
En 2016 se disparan los rumores que aseguran que Maria Grazia Chiuri abandonará la codirección creativa de la marca. En junio se confirma la noticia y Pierpaolo se queda solo al frente de Valentino.
Los diseños del romano han conseguido conquistar a la Generación Z a base de libertad creativa e inclusión. "Una firma de lujo tiene que ser inclusiva. Si se queda en su terreno, no será lo suficientemente relevante en este momento. Quiero que Valentino pase de ser una marca de exclusividad a ser una marca cada vez más relevante", reclamaba.
Sus creaciones se han convertido en las favoritas de las celebrities -de Jennifer Lopez a Dakota Johnson-, influencers y personas relevantes dentro de la industria en general, como Marta Ortega, que escogió hasta cuatro creaciones de Piccioli para casarse con Carlos Torretta.
De un tiempo a esta parte, la firma se ha convertido en una de las marcas protagonistas de la alfombra roja, en general, y de los Oscar, en particular. La actriz Frances McDormand recogió su estatuilla dorada por Tres anuncios en las afueras (2017) con un vestido rosa de Valentino. Y en 2021, nominadas como Carey Mulligan, que lució una creación dorada de la casa italiana, y "entregadoras" de premios como Zendaya, que triunfó con un vestido amarillo inspirado en Cher, escogieron diseños de Piccioli para la gala.