Desembarcan en la Argentina dos colosos de la moda deportiva
Tras la normalización de las importaciones, dos colosos de la indumentaria deportiva, la estadounidense Under Armour y la japonesa Asics, tienen previsto incrementar su presencia en el país para competir con Adidas y Nike, las líderes. Hay otras marcas globales y de perfil premium que tienen planes similares, como Brooks, Saucony, Hi-Tec, Sketchers, Head y Marmot, entre otras, que ganan participación con socios locales, en un mercado cada vez más sofisticado y diversificado. “El negocio tiene potencial y hay mucho por hacer. La mayor competencia no nos preocupa porque hay lugar para todos”, opinó Raúl Fagale, gerente de Marketing de la alemana Puma.
El desembarco de Under Armour es el de mayor impacto. Desde 2014 es la segunda marca deportiva más vendida en los Estados Unidos, después de Nike, al desplazar nada menos que a Adidas. Sus productos con el logo de una doble herradura invertida y superpuesta, eran distribuidos en el país por el Grupo Vieytes, un acuerdo que caducó en 2016. Según trascendió, la compañía comenzará el año próximo a extender una red de locales propios en la Argentina, tal como ya hizo en Chile y Brasil, donde esponsorean a Colo Colo y San Pablo. “Ya se habla de hacer lo mismo con River o Boca”, confió al Económico Sebastián Forrester, Brand Manager del Grupo Vieytes.
Creada hace apenas 20 años, en 1996, por Kevin Plank, un ex jugador de rugby de la Universidad de Maryland, Under Armour no paró de crecer dentro y fuera de los EE.UU., en paralelo con el negocio de la ropa deportiva y su salto al uso casual. Así surgieron nuevas categorías: fitness, running, sky, snowboard, montañismo, ciclismo y training, entre muchas otras. Lo que propició la demanda de artículos más tradicionales (zapatillas, remeras, buzos) y también de otros más específicos, como calzas, shorts, musculosas, camperas, guantes, bolsos y mochilas. “El calzado es lo principal, es lo que define”, interpreta Guillermo Gotelli, presidente y CEO de GGM, dueña de la licencia de la marca italiana Signia.
Hasta diciembre pasado, GGM tenía los derechos de explotación de la marca Asics, que no se renovó. “Tomaron la decisión de venir por su cuenta, en forma directa”, cuenta Gotelli, y añade que fue su empresa la “que lanzó la marca en el país, que se instaló muy bien y que tiene una buena demanda”. Todavía no se dieron precisiones sobre montos de inversión ni fechas, pero el empresario cree que la llegada de otras marcas al mercado local genera incertidumbre: “Hay una sobreoferta debido a la reapertura de las importaciones. Y por otro lado, bajó la demanda, es un mercado más recesivo”, dijo.
La marca Asics (“Anima Sana In Corpore Sano”) es muy reconocida en los ambientes deportivos. Y al igual que Under Armour, hoy canaliza las ventas a través de las grandes cadenas comerciales, como Dexter, Falabella, Solo Deportes y Netshoes, entre otras. La apertura de oficinas en el país, coinciden en el sector, promoverá la competencia, especialmente en el segmento de alta gama, donde Adidas y Nike lideran. “Son las marcas referentes y es difícil que pierdan el liderazgo”, reconoce Forrester.
Lo cierto es que el mercado está muy convulsionado.Grupo Vieytes perdió los derechos de Under Armour, pero tiene otras marcas fuertes, como las norteamericanas Brooks y Marmot, la austríaca Head, y la inglesa Hi-Tec. Forrester dice que está en negociaciones para traer al país “otras 5 marcas deportivas”, pero no precisó cuáles. “El mercado se diversificó y aparecen nichos nuevos”, explicó el ejecutivo.
Puma, por caso, hace foco en el público femenino. “La mujer entrena igual o más que el hombre. Y apuntamos al sport style, una categoría que pretende llevar el deporte a la vida cotidiana. Hay mucho por hacer, la competencia con las nuevas marcas no nos preocupa. La cuestión es tener un buen producto y armarse bien”, define Fagale.
Matías Blanco, director del grupo Blanco, que juega con Diadora y Athix (su propia marca), sostiene que la apertura de las importaciones es algo relativo “si las reglas son iguales para todos”. Por otro lado, aclara que el desembarco de Under Armour y Asics no afecta directamente a su negocio.“Son jugadores internacionales muy grandes, que compiten con Adidas y Nike y le apuntan al target ABC1, únicamente. Diadora está un escalón debajo, junto con Fila, Puma y Topper”, añadió el ejecutivo.
En líneas generales, empresas y fabricantes coinciden en que la llegada de nuevos jugadores al mercado impactarán en los segmentos altos de consumo, donde el precio de un par de zapatillas de marca internacional puede cotizar por encima de los $3.000. “Cuando se liberaron las importaciones, la oferta creció pero cayó la demanda”, remarcan.
El uso de la indumentaria deportiva, hoy, trasciende sus fronteras y se expande entre las marcas de moda informal. Así, no sorprende que Ona Sáez tenga su propia marca para el deporte (OSX) y también la licencia de Saucony. “Tratamos de no chocar con las grandes ni competir en los mercados masivos. Lo nuestro apunta al mundo de la alta boutique”, dice Santiago Sáez, director creativo de la compañía, cuyo foco es la ropa casual.
Sáez sostiene que el mercado argentino se está segmentando rápidamente, con muchos nichos específicos y grandes innovaciones. “Si las reglas son parejas para todos, las nuevas marcas son bienvenidas”, dice.
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