Así convierte Room 717 el mantón de Manila en la falda más deseada del momento

Ana Canalejo es una joven sevillana que tras licenciarse en Derecho y LADE en París terminó trabajando en uno de los grupos editoriales más importantes de España. Ahora se ha convertido en emprendedora con su propia firma de moda. Una marca que ha llamado nuestra atención porque se ha centrado en una prenda realmente especial: faldas inspiradas por los mantones de Manila. Se llama Room 717 y queremos saber más de su falda mantón.

«La moda ha sido mi pasión desde pequeña, me encantaba dibujar vestidos, copiar modelos que veía en las revistas que siempre había en casa, incluso me compraba las revistas cuando aún era un mico», cuenta a Bulevar Sur. Recuerda que cuando tuvo que elegir una carrera pensó en la doble licenciatura y en hacer la especialidad en París «para estar en contacto con toda esa cultura que me apasiona (la moda, el arte, la literatura francesa …). Allí trabajé en tiendas de ropa, busqué prácticas en firmas y finalmente, a través de la Universidad, encontré unas prácticas en el grupo editorial que entonces se llamaba Hachette».

Comenzó en el departamento internacional comercial, pero sabía que su objetivo y destino era trabaja en algo más creativo. «Aproveché los primeros años de prácticas para formarme en moda: estudié Estilismo, Marketing de Moda, fui a Saint Martins a especializarme en Dirección Creativa de Moda… cuando creí estar preparada, pedí mi traslado a la editorial, y tras lucharlo un tiempo, lo conseguí. Ahora soy redactora de moda y redes sociales en la revista Elle».

Así surgió Room 717

¿Por qué se animó a crear su propia firma de moda? «Estaba de baja por maternidad tras tener a mi primer hijo y le daba vueltas a crear algo con esencia española, pensé en una plataforma de venta de diseñadores españoles, pero luego me di cuenta de que era más fácil empezar por algo mío que con acuerdos con terceros… así que surgió Room».

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— MUNEEB Mon Oct 26 14:55:05 +0000 2020

Ana asegura que durante su tiempo en el departamento internacional se dio cuenta de que la moda española «despertaba muchísima admiración fuera, pero que eran pocas las firmas que conseguían traspasar fronteras y crear un producto apetecible desde el punto de vista de marketing». Nos habla de que pensana en los encajes de camariñas, en las mantas de Ezcaray, en los bordados de Toledo… «Fuera se aprecia enormemente nuestra artesanía, pero pocas veces sabemos vendernos».

Como ya es conocido, nuestra moda y cultura inspiran a infinidad de diseñadores internacionales. «Creo que tenemos que aprender a explotar lo nuestro. Mira Dolce & Gabbana, no tienen ningún complejo a la hora de tirar de tópicos italianos (la mamma, la pasta…) y han conseguido que resulte moderno y contemporáneo. Mi deseo era ese, quitarle ese halo del folclore al mantón y transformarlo en una prenda contemporánea y actual, sin perder su esencia claro».

Así fue dándole forma a su firma y a su prenda estrella… «Tenía un par de mantones en casa, así que me hice una falda pareo con uno de ellos (con permiso de mi madre, claro). Me encantan este tipo de faldas, hasta me casé con una diseñada por mí. Así que una amiga costurera me ayudó a confeccionarla y me la puse para un par de eventos. A la gente le gustó, (hoy es el modelo champagne liso). La llevé con jersey de cuello vuelto y salones y parecía muy ponible, de repente le había dado una segunda vida a ese mantón», asegura.

Esta forma de llevar a otro tipo de looks y ocasiones el mantón bordado lo hemos podido ver en algunas marcas de moda flamenca como Lina o Rocío Peralta. Esa posibilidad de reutilizar un mantón como falda o vestido ha conquistado hasta a la Reina Letizia. De las faldas de Ana ya se han enamorado influencers muy conocidas como Paula Ordovás y caras famosas como la actriz y modelo Laura Sánchez.

Ana Canalejo pensó que con una falda-pareo confeccionada con un mantón bordado podría conquistar a mujeres que, como ella, tenían eventos y bodas a las que les apeteciera llevar una prenda diferente y, sobre todo, de calidad. «Yo estaba cansada de pagar 300 € por vestidos que al final no tenían buenas calidades, solo por el diseño. Con el objetivo de hacer prendas con un tejido de calidad, pero que no tuviera precio excesivo, me puse a elaborar el Plan de Negocio. Había un concurso de emprendedoras en Madrid y me presenté. No gané, pero quedé finalista y eso me animó a dar el paso con mi propia firma de moda, Room 717».

Por el momento Ana se encarga «de casi todo» en este proyecto tan personal nacido durante la primavera de 2019. «Los principios son así, uno tiene que ser como una mujer orquesta, pero claramente lo mío es la parte creativa». Y su filosofía está clara: «Darle al mantón una audiencia más global, un uso más amplio y contemporáneo, que una pieza tan bonita no solo se llevara al hombro en ocasiones especiales».

Cómo ponerse la falda-mantón

Las faldas de Room 717 se confeccionan en un taller de Lagartera (Toledo) de gran tradición bordadora. «La confección en sí del mantón es un proceso largo, hay muy pocas unidades de cada modelo por eso no puedo tener un modelo de venta como el resto ni una página web con stock, funcionamos por encargo. Con esos mantones (siempre de seda y bordados a mano) confeccionamos las faldas en Madrid», nos cuenta esta sevillana afincada en la capital.

Su primer paso como diseñadora y empresaria de moda tenía que tener algún tipo de relación con su tierra y sus raíces. «Yo estoy orgullosa de todo eso y, no solo mantengo las tradiciones (me visto de mantilla, de flamenca…) sino que me gusta mezclar en mis looks elementos de aquí y de allá. He ido a la feria con una falda de flamenca y una camisa danesa, o de repente me pongo un sombrero cordobés en pleno invierno con un buen abrigo de lana italiana… Creo que la moda andaluza puede llevarse y lucirse de muchas formas».

Preguntamos a esta experta por las vidas que puede tener una falda-mantón. ¿Con qué nos la podemos poner? «Uno de los looks que más éxito han tenido es el de combinarla con un jersey de punto y unas botas cowboy. Puedes llevarla con camisa de seda y sandalias, con top lencero, con jerséis gruesos, con botas planas y una camisa denim… Especialmente las de colores lisos, como el negro o el beige, tienen mil posibilidades», nos aconseja.

El futuro de Room 717 está en la mente de esta joven emprendedora. «Pienso ir dando pasos firmes poco a poco. Las faldas son solo la punta de lanza, estamos trabajando en una colección cápsula de camisas que saldrá la próxima temporada. No tienen que ver con el mantón, pero por supuesto tienen esencia española. Mi intención es seguir creando, siempre con materiales de calidad, prendas joya que quieras ponerlas ahora y siempre».

Fotos: Ana Encabo Photo