¿Es bueno llevar chanclas en verano?
COLPISA
Para muchas personas pasar de las botas a las chanclas significa que ha llegado el verano. En el momento en que los termómetros comienzan a dispararse, son muchos los que guardan la ropa de invierno para sacar las 'flip flops' y no quitárselas hasta septiembre. Suelen resultar muy cómodas, pero lo cierto es que el hecho de que tengan la suela plana puede causar distintos problemas a la salud de nuestros pies.
Desde el Hospital Clínico Universitario Torrejón de Ardoz advierten de las consecuencias que puede tener el uso excesivo de este calzado. El podólogo del centro, Carlos Perucha, señala que es muy común que en esta época del año acudan pacientes a consulta con problemas en los pies. La causa siempre suele ser la misma: «el uso excesivo de chanclas o sandalias muy planas y sin ningún tipo de sujeción al tobillo». Las enfermedades más comunes son la fascitis plantar y las tendinopatías del tendón de Aquiles.
Otro de los problemas más frecuentes en la época estival es la aparición de hongos e infecciones víricas como las verrugas plantares, que no son graves pero sí son muy contagiosas. Perucha explica que los hongos «suelen provocar una sensación de picor y son muy molestos para el paciente» y que para tratar de evitarlos hay que «utilizar un calzado que sea transpirable y evitar el exceso de humedad que pueda provocar su aparición». Para prevenirlos aconseja un secado adecuado, especialmente en la zona interdigital, es decir, entre los dedos.
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Por su parte, las verrugas plantares que son provocadas por el virus del papiloma humano, «son pequeñas lesiones que en ocasiones pueden confundirse con durezas o callos cuando en realidad es una infección vírica y es muy contagiosa», explica Perucha, que es uno de los pocos sanitarios en Madrid que cuenta con esta especialidad. Además indica que «suele proliferar en zonas húmedas, sobre todo en duchas de uso público como piscinas, vestuarios, gimnasios, por lo que se recomienda el uso de chanclas en esos espacios, para no pisar directamente con los pies descalzos».
Otra de las consecuencias del uso de chanclas en verano es la aparición de ampollas, rozaduras y los famosos talones agrietados, para prevenirlo, el experto aconseja hidratarse diariamente con cremas que contengan entre el 10% y el 20% de urea.
Los tacones, de no más de 4 centrímetros
Carlos Perucha, recuerda que tampoco es aconsejable usar tacones por encima de los cuatro centímetros, porque se ha demostrado que altera la biomecánica de los pies, obligando a echar más peso y presión en la parte del antepie.
La posición que toma el cuerpo cuando alguien se sube a unos tacones puede provocar problemas leves como rozaduras o ampollas pero también problemas mas serios como juanetes, dedos en garra o tendinopatías de Aquiles. También es frecuente que aparezca dolor de espalda, ya que «andar con tacones provoca inestabilidad y obliga al cuerpo a equilibrarse constantemente».
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