Los peatones se quedan sin espacio en Bucaramanga
Mientras la alcaldía destina recursos para contratar obras y convertir a Bucaramanga en una “ciudad caminable”, en las calles los peatones reclaman la presencia del Municipio y exigen controles efectivos para el despeje y recuperación de andenes, parques y plazoletas.
Las ventas informales continúan creciendo en número y sin ningún tipo de regulación ni orden en la capital de Santander. En varias calles del Centro y Cabecera reina el caos. Tras una caracterización, en 2020 se hablaba oficialmente de 1.500 vendedores irregulares, y en la actualidad tal indicador ya pasa de las 2 mil personas.
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Las cifras demuestran que la crisis migratoria también ha impactado en este fenómeno de la informalidad en Bucaramanga. Según el Gobierno Local, cerca del 18% de los vendedores callejeros que se han censado en 2021 provienen de Venezuela.
Además de la cantidad de ventas que operan en el espacio público, a los peatones también les toca ‘sacarle el quite’ a vehículos que estacionan de forma indebida, o peor aún que ruedan sobre las aceras. Como si fuera poco, mesas, talleres informales, vitrinas, maniquíes, bafles, entre otros objetos que son ubicados en los andenes por parte de negocios formales, también le quitan espacio al transeúnte.