Doña Sofía, la dolida y gran perjudicada por la salida de Don Juan Carlos de España
Como si fuera uno de los seis personajes en busca de autor de Pirandello, la Reina Sofía se encuentra en busca de su nuevo sitio. Es la gran damnificada por toda la tormenta perfecta en Zarzuela provocada por el escándalo sin fin de las cuentas opacas de Juan Carlos I, que ha provocado su salida de España. Porque el hecho de ser su consorte la deja en una posición muy delicada de cara al incierto papel que va a desempeñar en el futuro dentro de la institución monárquica.
Por lo pronto, aunque haya tardado bastantes más días que otros años, algo que se comprende por la delicada situación que atraviesa todo el país por el coronavirus, Doña Sofía se trasladó a principios de esta semana a Palma de Mallorca para disfrutar del periodo estival, en un intento por ofrecer cierta imagen de normalidad. Este lunes, sin embargo, cuando se ha anunciado la salida de su marido del país, se encontraba en Zarzuela, donde seguirá residiendo. Hasta ahora la Reina madre se encuentra en el recinto de Marivent junto a su primogénita, la Infanta Elena, y su hermana, la princesa Irene de Grecia. Las tres fueron vistas en una terraza, lo que sirvió como confirmación de un secreto a voces: la intención de Doña Sofía de mantener su tradición de cada verano, poniendo buena cara al mal tiempo, algo que hace de forma envidiable como esa "gran profesional" que es. Así la describió Don Juan Carlos en sus conversaciones con José Luis de Vilallonga, aunque se sabe que el apelativo no hizo mucha gracia a la afectada.
LOC ha intentado sin éxito que desde la Casa del Rey se informe de cuándo llegaron las tres ilustres turistas a la capital balear. Pero lo que más sorprende es que la institución considere el de Doña Sofía como un "desplazamiento privado". Son este tipo de circunstancias las que confirman lo mucho que le queda aún por avanzar a Zarzuela en transparencia y en mejora de la estrategia de comunicación ahora que está inmersa en una profunda catarsis.
Para empezar, Doña Sofía es uno de los seis miembros que siguen formando parte de la Familia Real . Y lejos de tratarse de un viaje privado con destino más o menos secreto dentro o fuera de nuestro país -como el que hará pronto al parecer a Grecia para reunirse con su hermano-, la Reina Madre se ha desplazado a la que es residencia oficial estival de la Familia Real. De ahí que lo razonable sea que la Casa del Rey informara con absoluta normalidad del viaje. Pero es que, además, en un momento tan complicado para el turismo nacional, la propia institución debiera haber sido la más interesada en publicitar la llegada de Doña Sofía a Palma como parte del compromiso de la Corona con la promoción de las islas y la atracción de turismo.
Por ello, además de disfrutar de unas semanas de descanso, parece recomendable que Doña Sofía realizara algún acto con carácter institucional a la espera de la llegada a Palma de los Reyes y sus hijas, que se producirá el fin de semana del 7 y 8 de agosto. Los días posteriores mantendrán un contacto directo con los sectores económicos y sociales más afectados de la isla por la pandemia. Pedro Sánchez despachará también con el Monarca en Marivent. Don Felipe y Doña Letizia no realizarán ninguna escapada secreta al extranjero como hacían antes cada mes de agosto.
Desde que el primer día del estado de alarma saltó el escándalo de las cuentas off shore de Don Juan Carlos, Zarzuela ha arrinconado también a Doña Sofía, con el objetivo de potenciar la imagen de una Familia Real reducida a los Monarcas y sus dos hijas, Leonor, Princesa de Asturias, y la Infanta Sofía.
De ahí que, desde principios de marzo, sólo hayamos visto hasta esta semana dos imágenes de la Reina Madre. Las dos -tanto la publicada el 5 de junio como la más reciente del 16 de julio, día en que tuvo lugar el homenaje de Estado por las víctimas del coronavirus- son de reuniones en Zarzuela del Patronato de la Fundación Reina Sofía, una de las pocas organizaciones de las que la Reina Madre no se ha desvinculado desde la abdicación de su marido, en junio de 2014. Dos actividades, sin embargo, de las que las cuentas digitales oficiales de la Casa del Rey no informaron, evidenciándose todavía más que estaban al margen de la agenda institucional de la Corona, en la que Doña Sofía de pronto parece no tener sitio.
A nadie se le escapa que la madre de Felipe VI es, a su pesar, protagonista también del plan global que está trazando la Casa del Rey para desmarcarse del todo de Juan Carlos I y que, entre otras medidas, pasa por el anuncio de su salida de España,que se ha producido este lunes 3 de agosto.
Periodistas bien informados sobre la monarquía como José Antonio Zarzalejos han expresado que la salida del Emérito de Zarzuela supondría también la de Doña Sofía. Algunas fuentes indican sin embargo a LOC que eso no será así, y que la madre de Don Felipe y su hermana, la princesa Irene, seguirán residiendo en los apartamentos privados del palacete que ocupan desde hace más de medio siglo.
En todo caso, es cierto que uno de los aspectos que se han valorado al abordar el abandono de su vivienda del anterior jefe de Estado es que supondrá la separación con fuerte carga simbólica de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Una paradoja especialmente triste. Porque hoy ya se sabe que al menos en dos ocasiones, siendo Rey, él intentó divorciarse, algo que le impidieron tanto sus consejeros áulicos, como los presidentes del Gobierno de turno y su propio hijo, Don Felipe, por el daño reputacional que un paso así iba a causar a la Corona. Y, aunque ya no es ningún secreto para el conjunto de los españoles que el matrimonio está roto desde hace décadas, se ha querido hasta ahora contra viento y marea mantener cierta visibilidad de unidad familiar justamente por preservar la naturaleza familiar de la institución monárquica. La salida de Juan Carlos I de Zarzuela para que pase sus últimos años de vida en otro lugar mientras su mujer sigue residiendo en Zarzuela darían al traste con esa última ficción dinástica.
Para Doña Sofía resulta muy doloroso que se emborrone el legado histórico de su marido. Y, además, según ha sabido LOC de fuentes muy próximas a Zarzuela, la relación de ambos es ahora mismo bastante buena, muy cordial. No se ha resentido por toda la catarata de hechos y revelaciones publicados por la prensa en los últimos meses.
Y es que hay que subrayar que a la Reina Sofía estas informaciones no le han cogido de sorpresa. Don Felipe -y cabe suponer que, con él, toda la Familia Real- se enteró de la existencia de las cuentas opacas con fondos procedentes del rey de Arabia Saudí y de otros sátrapas del Golfo en marzo del año pasado. De inmediato, el Monarca lo puso en conocimiento de las autoridades correspondientes, empezando por el Gobierno. Pero en los meses siguientes, antes de que el escándalo le llegara a la ciudadanía, Doña Sofía demostró en un buen número de actos públicos que se había reconciliado con su marido -en el plano estrictamente personal- y que se encontraba con él "mejor que nunca", tal como confirmó un allegado a LOC. A los Eméritos se les vio sonrientes y animados en varios eventos que dejaban a las claras esa recuperada sintonía, después de tantos años amargos en los que les costaba hasta dirigirse la palabra.
Doña Sofía mantiene hoy la cordialidad con su marido, a la espera de que se conozca su destino vital, ya fuera de España, y mientras algún autor en Zarzuela escribe qué relato protagonizará la que sigue siendo una Reina tan querida por los españoles en el futuro de la Corona.
Conforme a los criterios de
The Trust ProjectSaber más