El fracaso empresarial de Fernando Alonso y sus millonarias pérdidas
La aventura empresarial de Fernando Alonso en el mundo de la moda no ha alcanzado las mismas cotas de éxito que la trayectoria deportiva del bicampeón mundial de Fórmula 1. El piloto español puso en marcha en 2017 Kimoa, una firma textil de carácter urbano centrada en la sostenibilidad que el propio Alonso ha promocionado desde entonces en sus apariciones públicas, portando alguna de sus camisetas, gorras o gafas de sol, aprovechando el tirón internacional de su figura.
Sin embargo, de poco ha servido que Fernando Alonso haya promocionado a Kimoa en todas las competiciones, entrevistas a pie de pista o en apariciones en televisión como ‘El hormiguero’. El piloto ha tenido finalmente que tomar la decisión de venderla ante las millonarias pérdidas acumuladas durante cuatro años.
A pesar de la enorme exposición mediática que ha tenido Kimoa, la empresa no ha alcanzado la rentabilidad esperada y, en 2020, acumuló pérdidas de 650.000 euros. También el año pasado, los ingresos de la sociedad retrocedieron un 20% hasta los 843.000 euros, según informa Cinco Días tras consultar las cuentas anuales, depositadas en el Registro Mercantil.
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En 2018, Quimoalar había superado el millón de euros en ingresos, pero al año siguiente, lejos de despegar el negocio, los ingresos retrocedieron un 11%, aunque también redujeron las pérdidas hasta los 575.000 euros. La situación en 2020, un año muy complicado para la industria textil por la pandemia, ha llevado a Alonso y a sus socios a tomar la decisión de vender la práctica totalidad de la marca.
La compañía lo confirmó a través de un comunicado en el que se detallaba que Fernando conservaría el 25% del capital de Quimoalar y seguirá siendo el embajador de la marca. En el texto, Alonso explicaba sus sensaciones tras la venta: “Creamos Kimoa con un alma sostenible y un espíritu de no rendirse nunca, inspirado en los deportes de motor. Es un honor seguir llevando el logotipo de Kimoa, construyendo la marca y dando la bienvenida a la familia a todos los que comparten nuestra visión”.
El importe de la transacción se desconoce, pero, al terminar 2020, la compañía presentaba un patrimonio neto negativo de tres millones de euros y un pasivo a largo plazo de 7,4 millones correspondientes a «otras deudas» de origen desconocido.