LUIS ÁNGEL GÓMEZ
Bizkaia Dmoda La tienda de curiosidades y objetos insólitos de Bilbao que fascina a Bibiana Fernández y Lola Herrera
VIRGINIA MELCHOR
Solo con ver el escaparate, uno ya imagina que se encuentra ante una tienda diferente. Las pegatinas de mariposas que decoran la cristalera o la jardinera con flores de todos los colores contrastan con el cabezudo con cara de payaso o las caretas terroríficas expuestas junto al letrero de este comercio tan singular. Y esa es la magia de Almoneda Campos, un pequeño local con encanto situado en el número 1 de la calle Ávila, muy próximo al Mercado de Labayru. Un negocio con carácter que nació hace dieciocho años frente al Teatro Campos, pero que hoy sigue siendo un gran desconocido para muchas personas. «Todavía entra gente pidiéndome cita para que les eche las cartas, ya les digo que de momento no leo el futuro», bromea Iñaki, uno de los dueños, un hombre amable y auténtico que recibe a Bizkaia Dmoda con su característico moño alto y una preciosa tiara que llevan las novias en Pakistán el día de su boda y que él luce a modo de collar. Y así de especial es todo lo que se puede encontrar en su tienda de antigüedades y mobiliario 'vintage': «Es una tienda muy ecléctica, muy a nuestro gusto, pura fantasía. Yo la definiría como el gabinete de curiosidades y objetos insólitos de Bilbao».
Allí los clientes se topan con todo tipo de objetos principalmente de los años 50, 60 y 70. Desde muñecas de porcelana, espejos, bolsos «muy locos traídos de París» o bisutería hasta mobiliario industrial, una pequeña selección de ropa 'vintage' o cabezudos antiguos hechos en Olot por Juguetes Hernández. Un popurrí maravilloso que refleja la personalidad, los gustos y la filosofía de vida de sus propietarios, Iñaki y Carlos. «Solo vendemos cosas que nos gustan porque sino no sabríamos venderlas», dicen. Eso sí, hay tanto de todo en este universo tan peculiar y variopinto, que es posible que el cliente no sepa muy bien dónde fijar la vista. «Es una tienda que hay que asimilarla, no es para venir con prisas, porque siempre se te escapa algo al ojo», asegura Iñaki. Destaca su colección de lámparas, desde la mítica 'Pipistrello' de Gae Aulenti, hasta la lámpara de techo italiana de cristal de Murano de Mazzega o un diseño alemán con forma del osito Haribo de gominola que «se vendía en El Corte Inglés hace 20 años». «Muchas personas que tienen tiendas 'vintage' compran lámparas de rastrillos del sur de Francia, nosotros las traemos de Alemania, Italia, Dinamarca... de todas partes. El secreto es vender un producto que no tiene nadie y a buen precio», asegura Carlos.
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Estos dos socios forman el tándem perfecto y sus pasiones se complementan. Iñaki es especialista en restaurar y maquillar maniquíes antiguos. «Todos los que ves los he hecho yo, traemos los mejores de Europa. ¡Mira, este maniquí es el único superviviente de Galerías Preciados!», cuenta mientras señala orgulloso esta pieza única que ha embellecido poniéndole sombras en los ojos, pintalabios y hasta unas pestañas postizas. Carlos, por su parte, es experto fabricando y restaurando lámparas. Lo mismo hace una lámpara con una antigua máquina expendedora de bolas de chicles, que con una jardinera de los años 70 que había en las cajas de ahorros e incluso con las piernas de un maniquí. Solo él sabe dar luz y una nueva vida a casi cualquier artículo imaginable.
luis ángel gómez
En este «gabinete de curiosidades y objetos insólitos», como Iñaki lo llama, hubo un tiempo en el que tuvieron artículos aún más extraños. «A un amigo, que adquirió un museo de ciencias naturales abandonado en Montevideo, le compré nueve máscaras mortuorias y unos senos preciosos de los años 20 con los que hice una lámpara, se vendió todo muy rápido», recuerda. También comercializaron dos coronas fúnebres con plumas negras de la época victoriana que no se vendieron: «Las tengo puestas en casa, me encantan, son de una belleza muy triste». Hasta sus famosos maniquíes, de las mejores firmas internacionales, han protagonizado alguna anécdota. «Una vez preparé a un cliente un maniquí con lencería fina que quería poner en el salón. Pero me pidió llevarse la pieza entera, así que tuve que metérselo en el coche con el picardías puesto. Hay mucha gente que adorna su casa con maniquíes, te sorprenderías».
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— Elizabeth Kaeding Sun Feb 03 04:18:25 +0000 2019
LUIS ÁNGEL GÓMEZ
Lola Herrera o Bibiana Fernández, entre sus clientas
Por esta tienda tan singular, que durante quince años estuvo ubicada frente al Teatro Campos, han pasado ilustres como los actores Lola Herrera, Bibiana Fernández, Loles León o Millán Salcedo, de 'Martes y Trece'. «A Lola Herrera le vendí varios maniquíes que enviamos a su casa de Madrid. Y también broches, le encantaban de 'tamaño bañera', como ella nos decía. Nos compraba mantones de manila, bolsos... y el sombrero rojo que lució en su última visita a 'Sálvame Deluxe' también es de aquí», cuenta Iñaki, que recuerda con especial cariño a la intérprete. A Loles León le vendió un par de pelucas: «Siempre usa, le quedan de cine». Y a Bibiana Fernández, «un montón de cosas», desde «unos pulserones enormes de los 70 hasta una lámpara francesa de los 50». Eva, la cantante del grupo Amaral, «una tía majísima», entró un sábado por la mañana y se llevó «dos vestidos 'vintage' preciosos». Y el diseñador Lorenzo Caprile, que «apareció un día cuando casi estaba cerrando, salió enamorado de la tienda con unas flores de alta costura y un sombrero divino con plumas de avestruz».
LUIS ÁNGEL GÓMEZ
«Bajar al ''showroom' es una experiencia»
Si su tienda a pie de calle resulta peculiar, su 'showroom', instalado en el sótano, alberga un mundo de fantasía en el que el cliente no deja de sorprenderse. Este espacio es una forma de vida, es conocimiento cultural, musical, de iconos. Es inspiración. «Una cosa insólita en Bilbao, algo que nadie se espera, es sorprendente», asegura Iñaki. Bajar allí supone retroceder en el tiempo, ir al encuentro de 'tesoros' antiguos, sentir una pizca de nostalgia. «El otro día entraron unas chicas preguntando por unas sillas de comedor, les enseñé el 'showroom' y me dijeron que había sido toda una experiencia», cuenta.
luis ángel gómez
En este lugar único, repleto de objetos del pasado, se pueden encontrar desde las típicas muñecas flamencas de Marín que se ponían sobre la televisión o cabezudos de cartón, hasta extintores de barco, letreros de Coca Cola de hojalata o una cabina telefónica de los años 70. «Mira, este casco de 'La naranja mecánica' es una pieza súper rara, se convierte en una tele cuando lo abres, y funciona ¿eh? Y estas piernas que ves aquí se van para Barcelona, para una chica que hace lámparas con maniquíes», apunta. Si Pedro Almodóvar conociese este lugar y a Iñaki, genio y figura... le sobraría inspiración para su próxima película. «Vinieron el otro día unos directores y se quedaron enamorados, quieren hacer aquí una 'performance' y una sesión de fotos con una modelo».
LUIS ÁNGEL GÓMEZ
La covid alejó de Bilbao a los turistas -«apreciaban nuestra tienda»- y ahora muchas de sus ventas las realizan a través de su perfil en Instagram. «Lo lleva mi socio, yo no sé como funciona, no tengo esa cultura a mi edad, pero sé que es un canal imprescindible», reconoce. Iñaki se siente «tendero de toda la vida», necesita el contacto con sus clientes, empatizar con ellos para aconsejarles mejor. «Algunas clientas me han venido llorando, de depresión, y he hecho una sesión de psicología con ellas. Las he vestido, las he cambiado, y han salido diciéndome: 'soy otra'. Me gusta ponerme dentro de la persona, que la gente salga contenta y satisfecha es lo que me hace sentir realizado», asegura. Y antes de acompañar a Bizkaia Dmoda hasta la puerta de este negocio tan especial como él, nos da una noticia que nos deja un sabor agridulce: «En año y medio se nos acaba el contrato en este local, no sé si después tendré fuerzas para levantar otra tienda o será el fin de Almoneda Campos». Por suerte, quienes en tiempos de prisas busquen un lugar auténtico aún están a tiempo de encontrarlo.
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