Un cóctel para cada momento | El Comercio

JESSICA M. PUGA Gijón

Los cócteles son un universo en sí mismos. No solo manejan un lenguaje propio repleto de tecnicismos y elaboraciones que son fórmulas matemáticas, también porque evolucionan en cuanto a ingredientes y resultados a velocidad de crucero.

Son además los reyes de las terrazas de verano, avalados por su colorido y por su abanico incesante de opciones, el cual va más allá de los clásicos. Sobre todo durante el periodo estival, donde a los perennes mojitos, caipirinhas y bloody marys se les suman propuestas que llaman la atención y se disfrutan al ritmo de música en directo.

El requisito ineludible de cualquier trago para ser considerado cóctel es estar compuesto de una mezcla de una o varias bebidas alcohólicas a las que se le añaden otros ingredientes, que pueden ser desde zumos de frutas a refrescos o siropes, por citar solo algunas de las opciones más comunes. En el Varsovia utilizan Love in the Morning, un licor natural de flor eléctrica, de sabor ácido y con sello propio, mezclado con ron, bíter (bebida aromatizada) y un premix de mango, naranja, agave, canela y clavo para preparar Electric Punch, que sirven en un vaso tipo long drink y decoran con un 'twist' de naranja.

Las posibilidades de los cócteles no paran de crecer no solo por el empleo de nuevos ingredientes, también por el de combinaciones y presentaciones novedosas. La última novedad de Varsovia Amares (Gijón) mira a la playa que domina sus vistas. La caseta, que así se llama, bebe de la novela 'Helena, o el mar de verano', de Julián Ayesta, y se debe a los estíos que su creador, Borja Cortina, pasó en la playa de San Lorenzo. Lleva aguardiente de manzana L'Alquitara del Obispo, zumo de limón, sirope de azúcar, fermet (un licor amargo endulzado con hierbas), bíter de cardamomo y soda. También llama la atención un combinado de nombre Collins de fresa, para cuya elaboración se necesita un buen toque de ginebra, sirope de fresa, zumo de limón, limonada de rosas y, para decorar, una fresa cortada en carpaccio y un ramillete de hierbabuena.

La esencia de mujer que defiende Varsovia en su terraza de Andrín (Llanes) sabe a suramérica. Este cóctel lleva aguardiente de uvas y Ancho Reyes -licor chileno-, además de tabasco chipotle, frambuesas, zumo de limón, jarabe de azúcar y clara de huevo. Y con él, para rematar, papina, que lleva shrub de papaya, hojas de menta, sirope de agave, mandarina y soda.