¿Tiene Singapore Airlines el mejor asiento de business del mundo?
En un avión, la democratización de la clase turista es indirectamente proporcional a la de su clase ejecutiva, de ahí que en contraposición a los cada vez más menguantes asientos de turista, los cubiertos de plástico o el tener que pagar casi hasta por respirar, tras la cortina de un avión que separa la clase business de la económica se encuentre otro mundo: vajillas de porcelana, champagne francés, asientos que se transforman en cama y hasta platos con estrella Michelin.
Abanderada de la excelencia en los cielos, el caso de Singapore Airlines es, de hecho, un buen ejemplo para explicar el dulce momento que está viviendo la aviación de lujo en los últimos años, una etapa que soporta con alegría toda la inversión que hay detrás, amén de los estragos de una devastadora pandemia.
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Tuve la oportunidad de comprobarlo a bordo de su Airbus A350-900 en la ruta de Barcelona a Singapur durante lo que fueron poco más de 13 horas de vuelo. Una suerte por partida doble, ya que además de poder volar en uno de los aviones más modernos de la compañía, también es uno de los aviones de pasajeros más cómodos que existen.
EL AVIÓN EN EL QUE TODOS QUEREMOS VOLAR
La última ‘criatura’ de Airbus pensada para el largo radio es un avión de última generación que nació con muchas virtudes, entre ellas su tecnología punta, la cromoterapia en cabina y la promesa, cumplida, de que el viajero llega menos cansado al destino tras un vuelo en uno de los aviones más modernos del mercado.
Este avión de última generación es, además, uno de los más sostenibles, gracias a la reducción en las emisiones de monóxido de carbono. A bordo, sin importar la clase en la que se viaje, casi no se percibe ruido, ni siquiera el sonido de los motores: estamos a bordo del avión más silencioso del mercado, con apenas 57 decibelios en cabina.