¿Terminará la variante Delta de la COVID-19 con las colas de espera?
Tras un año y medio de pandemia de COVID-19, no todos somos conscientes de cómo nos han cambiado las costumbres a la hora de esperar en público. En aeropuertos, parques temáticos y restaurantes de comida rápida apenas han hecho cambios a la hora de repensar las formas de reorganizar sus colas de espera.
Pero, con el avance de la cepa Delta, con cambios en las políticas de vacunación de algunos países, ¿ha llegado el momento de que aeropuertos, restaurantes y otras atracciones turísticas reflexionen sobre la seguridad y eficiencia de sus filas de espera? En un momento en el que los gobiernos y el comercio han tenido que decidir entre cerrar o permanecer abiertos, los negocios, los científicos sociales y los viajeros están lidiando con nuevas políticas (y algunos temas más viejos) sobre cómo esperar en público con otras personas.
No todas la colas son iguales
Los humanos llevan milenios haciendo colas, pero fue el historiador escocés Thomas Carlyle en su crónica de la Revolución Francesa de 1837 el primero en mencionar el concepto de "cola". Habló de cómo los patrones se alineaban en las puertas de las panaderías en un París azotado por la hambruna. "El primero en llegar era el primero en ser atendido", escribió.
Posiblemente, es la justicia y equidad la razón principal por la que la gente tolera esperar en una cola, asegura Donald Norman, un experto en diseño cognitivo y autor del estudio The Psychology of Waiting Lines (La psicología de las colas de espera). "La gente se enfada mucho cuando cree que no le tratan igual que a los demás y ven como hay otros que se cuelan", dice Norman.
Dick Larson, profesor del MIT estadounidense y autoproclamado "Dr. Fila de espera", está de acuerdo. "La principal queja de los que esperan en una cola no es el tiempo de demora, es la injusticia, especialmente cuando hay gente que se te cuela".